jueves, 5 de diciembre de 2013

¿TENEMOS UNA CONSTITUCIÓN ANTISISTEMA?

        Con motivo del enésimo aniversario de nuestra Constitución (sí, eso que para la mayoría debe ser una ocasión para salir huyendo de la ciudad haciendo puenting), un repasito al capítulo de derechos y deberes de la ciudadanía me trae a la mente la pregunta que encabeza este post: llegados a este momento del devenir histórico y político en el que hemos ido abdicando de tantas y tantas cosas, ¿no constituye nuestra Constitución un subversivo texto anti-sistema?

¡Quién nos lo iba a decir! ¿Tan lejos hemos ido a parar, llevados de la manita del nuevo orden mundial del capitalismo neoliberal? Pero si para muestra vale un botón, que dice el dicho, aquí tenemos todo un clásico, el artículo 47, que versa sobre LA VIVIENDA. Y dice estas cosas hoy increíbles:

Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.

A la luz de este artículo, díganme quiénes actúan legal o ilegalmente: si la gente que acude a impedir un desahucio o los juzgados y antidisturbios que van a ejecutarlo.

Pero es que esta perversión de la constitucionalidad viene de lejos, viene de haber hecho leyes que, lejos de “regular la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”, han ido en sentido totalmente contrario, propiciando la especulación del suelo (con la cantinela de que su liberalización iba a propiciar el abaratamiento de la vivienda; la misma cantinela con la que nos vendieron que “liberalizando” las eléctricas tendríamos una rebaja en el recibo de la luz; puro engaño).

Así, durante años y años se ha asentando la base de nuestra economía sobre la inconstitucionalidad, permitiendo los poderes públicos que nuestro derecho a una vivienda digna y adecuada quedara barrido, al traspasarlo a manos de especuladores del suelo, del crédito, de la financiación. Pero es que esto producía multitud de puestos de trabajo. Sí. Y falsas expectativas. Y multitud de despidos posteriores. Y en ésas estamos.

         Pero esto no atañe únicamente a la eliminación del derecho a la vivienda; atañe a todos y cada uno de los derechos que se citan, desde el momento en que los “poderes públicos”, a los que insistentemente remite la Constitución como únicos garantes de los derechos ciudadanos, permiten o promueven la privatización de los mismos: trabajo, educación, sanidad, pensiones, prestaciones sociales… dejan de ser derechos garantizados si quedan en manos de empresas privadas. ¿Cómo va a garantizar un Estado el derecho al trabajo si no participa de forma significativa en la economía productiva del país, si ha renunciado a ello vendiendo las empresas públicas? ¿Cómo van a garantizar los poderes públicos el derecho a la educación, la sanidad, las pensiones, la protección social… si vende escuelas y hospitales, promueve los planes privados de pensiones o pone las prestaciones sociales en el apartado de lo recortable?

        En un “estado aconfesional” como proclama la Constitución (art. 16.3) no tendrían lugar tantos privilegios para la iglesia católica, ni las polémicas sobre símbolos religiosos en las aulas, las subvenciones a colegios que ponen su ideología religiosa por delante, las invocaciones a la moral católica para oponerse a las leyes aprobadas en el Parlamento, o la provocación de un presidente de las Cortes Valencianas cuya primera medida al tomar posesión del cargo consistió en instalar un crucifijo en el despacho oficial.

 
        ¿Quién nos iba a decir que la defensa de los derechos que instauró la constitución en el siglo pasado acabaría siendo una actividad anti-sistema? Pues así es, desde el momento en que el capitalismo neoliberal, erigido en “nuevo orden mundial”, exige a los “poderes públicos” (chantaje para sacarnos de la crisis que el propio sistema produjo) que renuncien a ser garantía de derechos que tanto costó conquistar, que nunca fueron un regalo. Llámense recortes, llámense privatizaciones, llámense reformas, llámense medidas de ahorro… su verdadero nombre es PÉRDIDA DE DERECHOS CIUDADANOS. Tanto mirar a ver si algún “estatut” se saltaba alguna coma constitucional para declararlo nulo… y mientras tanto nos están robando los derechos a toda la ciudadanía con todas las de la ley. Así, como si nada… simplemente dejando a la Constitución en el papel mojado de la celebración de los cumpleaños... Pues en nombre de la Constitución española:
¡NO ES UNA CRISIS, ES UNA ESTAFA!
 
        Y no. No es que defienda que la Constitución es intocable. En absoluto. Pero ojito a tanto pregonero del "reseteo del sistema", de ponerlo todo patas arriba. Porque pudiera ocurrir que el vendaval del nuevo orden mundial neoliberal estuviera acechando para certificar que pérdidas coyunturales que padecemos por "la crisis" quedaran establecidas como pérdidas irreparables. Antes de promover el derribo, más nos valdría leer con detenimiento, discutir, valorar y pensar junt@s qué cambios vemos precisos. Y qué otras cosas estamos dispuestos a blindar, para no dar ni un paso atrás en conquistas que costaron sangre, sudor y lágrimas. Ah, y  mientras llega ese difícil momento de "pensar junt@s los cambios", exigir que se cumplan y dejen de ser papel mojado, recordando cada día a LOS PODERES PÚBLICOS la obligación que la Constitución les impone de GARANTIZAR CADA UNO DE LOS DERECHOS establecidos en el Título I.

miércoles, 23 de octubre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN. 10. CONOCER A LOS INDIVIDUOS MEJOR QUE ÉSTOS A SÍ MISMOS


  En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología, la medicina o la psicología aplicada, el “sistema” se ha hecho con un conocimiento muy avanzado del ser humano, tanto en su aspecto físico como psicológico. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema puede ejercer un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

El sistema fagocita en su beneficio todo avance que se produzca en el campo de las ciencias del hombre. Uno de los descubrimientos básicos para la eficacia de la manipulación de masas es la aplicación del descubrimiento de Pavlov del condicionamiento operante, el principio de acción-reacción, estudiando cómo un organismo reacciona frente a un estímulo. Basta con disponer del cebo (estímulo) adecuado para obtener la respuesta requerida, sin que el individuo tenga oportunidad de ser consciente de la manipulación a que se le somete. El lanzamiento de globos sonda es un ejemplo de cómo se experimenta. La aplicación de la “doctrina del shock” en toda su crudeza es la demostración de cómo una minoría utiliza esos conocimientos para aterrorizar y dominar a grandes masas aquí y allá.

   La doctrina del shock; http://youtu.be/Nt44ivcC9rg 

La psicología conductista, las ciencias de la conducta en general,  han convertido a las personas en conejos de indias, campos de experimentación. Los controladores del sistema saben por ejemplo hasta dónde son capaces de llegar las personas en su actuación bajo el principio de la obediencia debida, puesto que el individuo se cree en ese caso exento de responsabilidad; eso explica actuaciones increíbles por ejemplo en las guerras o las barbaridades que  puede llegar a cometer un fanático contra sí mismo o contra quienes le hayan sido señalados como “enemigos”. Los avances de la psicología en el campo empresarial no se han empleado en mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras, no. Han ido encaminados a elevar la rentabilidad de las empresas. Y la aplicación del conductismo al campo de la educación no ha podido ser más perniciosa: a los niños y niñas se les estimula al estudio “prometiéndoles algo”, generalmente la compra tal o cual juego, dejando en mal lugar el valor del conocimiento en sí, siendo tan intercambiable por el premio o privación de un objeto material ajeno al campo del saber. El método funciona, ¡vaya si funciona! Y es que de lo que se trata es de ir formando consumidores más que de fomentar el uso de la razón y el gusto por saber.


Gabinetes de propaganda y de marketing 

se apoyan es estos conocimientos sobre el ser humano y cómo conducirlo hacia donde verdaderamente interesa, bien sea en el campo de la política o en del consumo; no hay más que ver la maestría con que se manejan anuncios o encuestas para averiguar gustos, opiniones, efectos de los hechos o de una campaña sobre el comportamiento o el pensamiento del público… Y sobre todo cómo modificar gustos, opiniones, pensamientos y comportamientos. Porque las encuestas no se hacen básica y únicamente para “conocer la opinión de la gente”; su objetivo final es influir, modificar la opinión y la conducta de la gente.

No ha sido difícil convertir al ciudadano en un consumidor: ha bastado ponerle como estímulo de su acción algo material que poseer; de ahí la proliferación de días de la madre, del padre, del cumpleaños feliz, de papá noel, del amor y ya no faltaría más que también el de la guerra… Todas esas celebraciones desembocan en la visita al centro comercial; como los libros de autoayuda acaban recomendando que se quiera uno mucho y se premie de vez en cuando, comprándose algún capricho; todo por estimular al público hacia la compra de lo superfluo.

Y concluyo con una ligera alusión a la curiosa “Teoría del útero artificial”, a la que se refiere el documento al que vengo haciendo referencia:

Desde el momento en que una persona deja el útero de su madre, sus esfuerzos a todo instante están consagrados a construir y a mantener úteros artificiales en los cuales refugiarse, o formas variadas de cascarones protectores de sustitución”.

         “La primera razón por la cual los ciudadanos individuales de un país crean una estructura política es un deseo subconsciente de perpetuar la relación de dependencia de su infancia. Expuesto simplemente, ellos quieren un ángel guardián para eliminar todo riesgo en sus vidas, tener un plato de pollo sobre la mesa de cada almuerzo, vestir sus cuerpos, tenderles la cama cada noche, y decirles que todo irá muy bien cuando despierten la mañana siguiente”.

         El comportamiento del público es dominado por el miedo, la flojera y la facilidad. Esto es la base del estado de providencia..."

         Con ayuda de estos conocimientos sobre el ser humano, el nuevo orden mundial neoconservador o neoliberal se ha lanzado a destruir esos cascarones de protección que la especie se ha venido construyendo; el individuo debe quedar a la intemperie, sin estructuras estables en las que refugiarse, porque dominado por el miedo estará mejor dispuesto a dar el consentimiento a lo que desde el poder se le requiera y a cambiar libertad por seguridad. No es ninguna casualidad el empeño por la doctrina neoliberal de “hacer adelgazar a los estados”, impedir que éstos tengan una participación importante en la economía de los países, que se privaticen sectores estratégicos… en fin dejar al Estado reducido a una función recaudadora y represiva.

¿Y las leyes?  ATENCIÓN: “Dadme el control sobre la moneda de una nación, y no tendré por que preocuparme de aquellos que hacen sus leyes.” (Mayer Amshel Rothschild,        1743-1812)

¿DÓNDE ESTÁ EL CONTROL DE LA MONEDA DE NUESTRA NACIÓN?

 

lunes, 14 de octubre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN. 9. REFORZAR EL SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD


      Se trata, mediante esta argucia, de esconder la raíz de los problemas sociales,  haciéndole creer al individuo que solamente él es el culpable de su propia desgracia, a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así el sistema se sacude críticas y sume en el silencio y la inacción a la gente.


Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se minusvalora y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y de eso es de lo que se trata, puesto que sin acción, no hay revolución.  Con la implantación del sentimiento de culpa y el miedo, el sistema dispondrá de dos armas silenciosas muy eficaces para el mantenimiento del status quo. Para satisfacer la necesidad de cambio en los individuos ya tiene dispuestos en el mercado nuevos productos de consumo que harán parecer que todo cambia mientras la esencia permanece prácticamente intacta.

Muchas veces las víctimas de la violencia de género en el ámbito doméstico son incapaces de denunciar los abusos o romper con su situación de opresión precisamente por ese sentimiento de culpa (“algo habré hecho mal”) que desemboca en el conformismo y muchas veces en trágicas consecuencias. El aumento considerable de suicidios, ante la pérdida del trabajo o la pérdida de la vivienda, muestra igualmente en toda su crudeza hasta qué punto el sentimiento de culpa ante la desgracia puede cobrar el más alto precio: la propia vida.

Se trata de desactivar a los individuos, de forma que no se vean tentados a poner en peligro la estabilidad del sistema. Y para eso es fundamental destruir todas las armas de defensa que ha ido logrando, tales como los servicios públicos que garantizan derechos o agrupaciones para defender los derechos laborales. La reciente “contra_reforma laboral” es un claro ejemplo de cómo se intenta dejar solo al individuo frente a la empresa, al margen de toda negociación colectiva.  La reivindicación de fuerza mediante la unión sindical ha sido sustituida por la defensa individual: búscate un abogado o una “baja médica”, evidentemente menos peligrosa para el capital y un arma contra el mismo individuo que tiene que utilizarla y no podrá fácilmente evitar el aumento de sus sentimientos de culpa, cuando no otras represalias en el trabajo (por cierto, contempladas como motivo para el despido en la última contra_reforma laboral antes citada ).


 
Es ya muy corriente oír cómo se culpa con todo descaro y cinismo al parado de su falta de formación; y más aún, la misma vicepresidenta del gobierno, Soraya S Santamaría, ha llegado a acusar de fraude a los parados (exagerando y falseando cifras oficiales) por admitir "trabajos-chapuza" que se pagan en B;  escondiendo que hasta la generación mejor preparada tiene que emigrar a países donde hacen los trabajos que otros no quieren; o que los grandes defraudadores gozan de amnistías fiscales o de plazos judiciales tan amplios que permiten la prescripción de los delitos. O que la falta de trabajo se debe sencillamente a que el capital ha huido a paraísos fiscales o laborales, dado que el sistema le ofrece todo tipo de facilidades para volar de la noche a la mañana. El derecho al trabajo que establece la Constitución ha quedado arruinado desde el momento en que el Estado ha sido vaciado de su participación en la economía productiva, mediante el expolio de empresas públicas con el truco de la privatización. No ha quedado ni Ministerio de Trabajo, ahora reconvertido en Ministerio de Empleo, algo como de andar por casa, más de quita y pon; y más de quita que de pon. Pronto pasará, si no lo remediamos, a llamarse Ministerio de Emprendimiento, palabra nada inocente, ya que carga la responsabilidad sobre el trabajador y el sistema se desentiende totalmente del asunto: o sabes emprender o eres una puta mierda, allá tú. Ése es el programa del cambio, la estafa que vamos descubriendo demasiado tarde.

Gran parte de la propaganda conservadora contra los avances sociales propuestos por personas progresistas consistirá en la promoción en la ciudadanía de los sentimientos de culpa, acusándolos de destruir los valores de siempre, la familia, la vida… de “abrazarse a la cultura de la muerte” (Mayor Oreja); un arma de destrucción masiva espiritual que ha sido muy estimada y utilizada por las religiones y en particular por la católica.
En una sociedad despiadadamente competitiva, en la que se carga sobre el individuo la suerte o la desgracia, como si las circunstancias y condicionantes de clase y lugar de nacimiento no existieran, tenemos campo abonado para culpabilizar a la víctima del fracaso escolar por su vagancia sin que se ponga en cuestión la incompetencia del sistema educativo, a la víctima del paro por su incompetencia y falta de preparación sin poner en cuestión el sistema económico regido por la avaricia; a la víctima de la enfermedad por no cuidar su salud, sin poner en cuestión la deficiencia de servicios de educación para la salud, preventivos o la calidad del servicio de asistencia sanitaria… y así podríamos continuar hasta la vergüenza de cargar contra quienes viven “demasiados años”, queriéndoles culpabilizar de poner en peligro el sistema público de pensiones.

viernes, 11 de octubre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN. 8. ESTIMULAR A LA GENTE A SER PERMISIVA CON LA MEDIOCRIDAD


 Esta estrategia consiste en promover que el público llegue a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…Algo que parece una estupidez, tratándose de nosotros, nada menos que la especie que presume de inteligencia.

           Pero funciona. ¡Vaya si funciona! No hay más que hacer un barrido por las televisiones en horario de máxima audiencia. ¡Oh, la audiencia! Palabra mágica que todo lo envuelve y justifica. Pues ahí, sin ir más lejos, ya encontraremos ejemplos abundantes de la mediocridad como modelo. Y no hace falta, creo, poner nombres ni de personas ni de cadenas. Claro que el público está obligado a ser complaciente con la mediocridad que se le ofrece, pues se da por hecho que eso es lo que el público demanda. Un auténtico círculo vicioso cuyo resultado es el apetecido: más y más de lo mismo. Y una sociedad TELEdirigida.

           Vemos continuas entrevistas a personajillos cuya mayor hazaña ha sido poner los cuernos, vivir del cuento o dar patadas a un balón a precio de oro, catetos que apenas saben articular cuatro palabras más tras el obligado comienzo: “bueno, pues…” (por cierto, ¿es necesario televisar los gargajos de un futbolista sobre el césped?) Chabacanería, chismes, casquería, muchas risas, reality show y griterío; mucha gente joven y guapa, eso sí, incluyendo por supuesto a la duquesa de Alba; gente de moda y pasarela, gente de anuncio… ¿Queda alguien normal por ahí? ¿Dónde quedan intelectuales y gente con algo que decir? No, no me refiero ahora a los políticos.

          Gran protagonismo juvenil. Pero una juventud tan sólo presencial, sin valores del pasado ni esperanzas de futuro. Juventud uniformada por las modas, becarios trajeados creyéndose jefes de personal. Pasotismo a espuertas, eso es fundamental: ante todo juventud apática, cortando de raíz su rebeldía. Con mucho videojuego, vida nocturna y botellón. Y algún refugio, claro, a la falta de acomodo: bien sea en el frikismo, exaltación de lo ridículo, bien sea en marginales y ya previamente desprestigiados grupos radicales.

La banalidad, puesta de moda en las lecturas, en la programación audiovisual y en los modos de comportamiento,  corresponde al gusto por lo insustancial y a la necesidad de lo superfluo; es el fruto del entrenamiento de la sociedad en la superficialidad en la valoración de tener sobre el ser, en la falta de espíritu crítico. Y que nos pase la vida sin ocuparnos de algo que de verdad importe.

 

viernes, 4 de octubre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN. 7. MANTENER A LA GENTE EN LA IGNORANCIA Y LA MEDIOCRIDAD


  En el documento “Armas silenciosas para guerras tranquilas” hay un párrafo que expresa con toda crudeza el objetivo de esta estrategia de manipulación y dominación: un párrafo digno de figurar en los prolegómenos de la LOMCE que han encargado imponer en España al ministro WERT, el fin que justifica todos los medios (y falta de medios) que se añadirán: La calidad de la educación dada a las clases inferiores debe ser de la más pobre, de manera que la brecha de la ignorancia, que aísla las clases inferiores de las clases superiores, sea y permanezca imposible de superar para las clases inferiores. Con tal discapacidad, incluso los mejores elementos de las clases inferiores tienen poca esperanza de salir del puesto que les ha sido asignado en la vida. Esta forma de esclavitud es esencial para mantener un cierto nivel de orden social, paz y tranquilidad para las clases superiores dirigentes”. Qué, cómo te quedas?

Nadie pone en duda la importancia de la educación en la sociedad. No es, pues, nada extraño el interés por controlar programas y centros educativos; no sólo por el negocio que ya la actividad puede proporcionar en sí. También está muy presente el objetivo de mantener esa brecha de la ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases superiores, mantener al público en la ignorancia de las verdaderas cuestiones es la verdadera cuestión, de forma que sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

 Que el ministro Wert está siguiendo al pie de la letra estos principios clasistas e ideológicos se ve claramente en esta contrarreforma educativa que es la LOMCE, metida con calzador sin diálogo ni consenso con nadie (ni partidos, ni organizaciones sociales ni comunidad educativa), cortando de raíz avances que se daban por consolidados, mirando constantemente a un pasado irrecuperable. Particularmente ideológica y criminal la intención de acabar con el principio de igualdad de oportunidades, exigiendo condiciones más duras para obtener becas alumnado que carece de recursos y a la vez subiendo considerablemente las tasas universitarias.

         Por otra parte, la atención que se presta desde el ministerio de cultura a potenciar espectáculos de puro entretenimiento, aborregamiento cuando no simplemente bárbaros como toros y fútbol contrasta con el desprecio y alergia a otras manifestaciones culturales que están siendo perseguidas en la práctica. La subida del IVA en cultura, justamente en una época de crisis en la que el consumo en general está a la baja, está suponiendo de hecho la ruina para muchos profesionales del mundo de la cultura. ¿Pero esto le importa al gobierno? Sí. Y mucho. Un gobierno alineado con los objetivos del “nuevo orden mundial” tiene que trabajar en poner obstáculos al mundo de la cultura, cortocircuitar esos canales que conducen a propuestas que se salen del pensamiento único, arrasar todo camino que pueda llevar a algo diferente, creador y divergente.

          “Con el transcurso del tiempo, y de la mejora de la comunicación y de la educación, los elementos de las clases inferiores se vuelven aptas al conocimiento y envidiosas de las buenas cosas que los miembros de las clases superiores poseen. Esto pone en peligro la soberanía de la élite". 
Así que no es en realidad el tema del saber y conocimiento lo que se disputa: lo que está en juego es la perduración del dominio de las élites sobre la ciudadanía a secas. Y la ignorancia es un instrumento básico para alcanzar el dominio de algo básico: la energía, los recursos energéticos esenciales: “Si se llega a contener el ascenso de las clases sociales inferiores el mayor tiempo posible, la élite puede lograr la dominación de la energía, y el pueblo, por consentimiento, no tendrá jamás una posición sobre los recursos energéticos esenciales.”
Un programa al que deberíamos prestar una atención especial, pues con el atolondramiento cultural y aborregamiento de las masas se quiere conseguir nada menos que el DOMINIO DE LAS FUENTES DE ENERGÍA, un programa ya cumplido prácticamente mediante el truco de las privatizaciones, con auténticos buitres siempre al acecho (véase en México la lucha por la privatización de las petroleras). El expolio de los recursos energéticos esenciales al Estado, el bien común construido entre tod@s y para tod@s,  ha sido uno de los grandes logros del neocapitalismo. Uno tras otro fueron cayendo o están en trámite de caer en manos privadas recursos esenciales del bien común: luz, gas, petróleo, energías renovables incipientes, banca, agua, sanidad, educación, pensiones…engañando a la gente con el cuento de que la competencia abarataría los preciosdejando al Estado vacío, sin recursos con los que poder garantizar derechos ciudadanos que la Constitución establece. Y el trabajo. ¿Cómo va a garantizar el Estado el derecho al trabajo sin participar de forma significativamente potente en la economía productiva del país? Un Estado sin los recursos esenciales deja a la intemperie a la ciudadanía, en manos de la élite que controla dichos recuros y que se esconde en paraísos fiscales y laborales, esquivando incluso el deber de pagar impuestos.

Igual que en nombre de la religión, también con la excusa de la educación se han perpetrado todo tipo de barbaridades, desde el maltrato físico y psicológico (la letra con sangre entra), hasta acciones que provocan el aborrecimiento del saber y el adormecimiento de la razón. Y, como bien sabía el genial Francisco de Goya, “el sueño de la razón produce monstruos”; es decir, si dejamos de actuar guiados por la luz de la razón y la inteligencia seremos capaces de hacer o consentir cualquier tipo de monstruosidad o barbarie. Pues El hombre, una vez que ha rendido la razón, carece de protección contra las estupideces más monstruosas, y como un barco sin timón se halla a la merced del viento” (Thomas Jefferson, político estadounidense 1743 -1826).

Quiero resaltar que la manipulación educativa programada no va por los caminos a los que solemos referirnos al tratar el tema; generalmente nos referimos a la manipulación educativa como adoctrinamiento, inculcación de unas ideas o más bien ideología; sin duda esto también se hace; y mucho, siempre que se tiene ocasión; pero este tipo de manipulación, con ser dañina es bastante superable por el individuo: bajo el franquismo prácticamente sólo cabía la posibilidad de ser educado bajo los principios (o falta de los mismos más bien) del régimen; sin embargo, luego cada cual ha evolucionado a su manera; no queriendo esto decir que en el fondo no permanezca un silencioso poso gris al que hay que prestar atención.

   La manipulación educativa que aquí se plantea va a una raíz más profunda: a consolidar una sociedad clasista, arrasar toda construcción de "estado de bienestar" tachándolo de despilfarro e inviable, dinamitar cualquier intento de mantener o levantar derechos de protección social, proporcionando a los individuos “de clase inferior” un tipo de educación tal que lo imposibilite para sacar la cabeza de la misma. El programa consiste en la creación de una auténtica red de escuelas de discapacitación. Así, piensan los de arriba, los privilegios y servidumbres quedarán consolidados y el orden social garantizado.

miércoles, 2 de octubre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN.6. UTILIZAR EL ASPECTO EMOCIONAL MÁS QUE LA REFLEXIÓN


Hacer uso del aspecto emocional de las personas es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional, y finalmente atacar o anular el sentido crítico de los individuos. Es una táctica esencial para el control y dominio de las masas.

 Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, leyes, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos… Es típico, como hemos podido ver recientemente,  el aprovechamiento de algún suceso con gran repercusión mediática para intentar imponer la modificación de las leyes hacia un mayor endurecimiento de las penas.

En casos en que el suceso (un acto terrorista, por ejemplo) haya logrado, por su contundencia en sí y por la conveniente amplificación en los medios de comunicación, el suficiente grado de interiorización en el público, el grado de presión social puede llegar a ser tal que exija reacciones unánimes; de modo que quienes se resistan o pongan en duda las medidas pedidas serán tachados de insensatos, traidores o cómplices.

De igual manera, la agitación de ciertos miedos y alarma social con toda clase de medios es un arma eficaz previa a la implantación o aprobación de medidas que el público, el pueblo soberano, va a demandar, con la creencia de que su decisión emana de su más pura e incontaminada racionalidad. Se trata de una de las más potentes “armas silenciosas” del sistema, afortunadamente cada vez más desenmascarada, según vamos conociendo el funcionamiento de lo que se ha dado en llamar la “doctrina del shock” (ver reportaje de N. Klein).

         Recursos empleados en los medios de comunicación como la frase-slogan, el titular estudiado, la gracieta, los tópicos míticos y los chismes de fácil puesta en circulación, el simple descalificativo, la exageración desmedida, la insistencia cansina, la repetición mil veces de la misma mentira hasta convertirla en verdad (cuando el río suena, agua lleva)… son herramientas eficaces, con toda su irracionalidad, que dan cien mil vueltas a todo el racionalismo que en el mundo ha habido.

Por más que presumimos de ser una especie de animales racionales, no le demos vueltas: el irracionalismo gana por goleada en nuestra ajetreada y tambaleante existencia. Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Por otra parte, el “siglo de las luces” ha sido una y mil veces pisoteado para que la razón o la inteligencia con horizonte universal no floreciese; no en vano al racionalismo del siglo XVIII sucede pronto el romanticismo, movimiento en el que el sentimiento, los particularismos y lo irracional son prevalecientes. Y ahora ya estamos en el terreno de la “inteligencia emocional” de horizonte individualista, con la autoayuda, el me quiero mucho, me lo merezco… y me hundo en un deprimente “Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como”. No hay más que ver adónde nos ha metido el dejarnos llevar por la creencia implantada por el nuevo orden mundial en las masas de que “la solución a tu problema” está en el individuo. Preguntad a cualquier persona afectada por impago de hipoteca qué puede hacer para evitar el desahucio, estando sol@ y en paro, frente la maquinaria del sistema bancario y jurídico. Tras tanto canto al individualismo, no hay más que ver qué nos está ocurriendo por haber dejado aparcada durante tantos años el arma fundamental de la ciudadanía a secas: la solidaridad.

Recurso a lo íntimamente mítico, la sangre, lo impactante emocionalmente, la madre, la patria, el agua… Mencionarle el agua a un levantino es como mentarle a la madre que lo parió. O a la madre patria a un patriotero. O su pueblo a mi tío Andrés. La vida cotidiana está cuajada de creencias infundadas, mitos, supersticiones. Las creencias y valores éticos o religiosas, l@s niñ@s, las víctimas del terrorismo…son elementos que componen nuestra emotividad, un fondo oculto manipulable por los parásitos de lo ajeno. No digamos si unimos en el mismo caso niño y víctima… ahí ya podemos encontrarnos incluso con los que exigirán la implantación momentánea de la pena de muerte. ¿Por qué unas vidas se valoran tanto y otras valen tan poco? ¿Cómo se puede ser a la vez un aguerrido defensor de la vida y de la pena de muerte? La contradicción está íntimamente unida al mundo de la emotividad y el irracionalismo todo lo perdona.

¿Qué decir de la alianza de religión y adscripción política? Sin duda, la interiorización de determinado “credo” supuestamente ético-religioso, que no tiene por qué ser consciente o decidido personalmente, coloca a un número enorme de personas no sólo en el lado derecho de la política, sino frente a un foso de proporciones tan gigantescas que jamás le permitirán dar un paso para ir al otro lado. La utilización de esta fuente inagotable e irracional de fieles bien merecería un análisis más certero a la hora de explicar por qué se producen ciertos resultados electorales incomprensibles desde la racionalidad.

En el establecimiento del “nuevo orden mundial”, el cambio en los valores es fundamental: el tener prevalece claramente sobre el ser; vales más por lo que tienes que por lo que eres; el ser importa mucho menos que la apariencia (la necedad puede llegar a que alguien se crea tanto más rico cuanto más grande es su hipoteca). Y contra ese cambio de valores bien consolidado va a ser difícil hacer nada ya.

La infancia vuelve a jugar un papel muy importante en este campo de la propaganda interesada, del chantaje emocial: ¿habrá un padre tan despiadado que no quiera tener el último grito en seguridad al montar a su hijo en su coche? ¿Va a privar a su hij@ de los últimos juguetes que ha visto a los vecinos? ¿Va a permitir que l@ discriminen por no vestir a la moda? Si no tienes lo que tienen los demás, si ganas menos, si no vas de vacaciones a donde todo el mundo y, sobre todo, si no eres capaz de comprarle a tus hij@s lo que todo el mundo… ve considerándote un desgraciado.

lunes, 30 de septiembre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN DE MASAS. 5. HABLAR AL PÚBLICO COMO A PERSONAS DE CORTA EDAD

  

La mayor parte de la publicidad dirigida al gran público utiliza lenguaje, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad mental, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o con poca capacidad de raciocinio. ¿Pensamos que esto es casual, simple ocurrencia de los creativos para hacerse graciosos o simplemente para llamar la atención? No seamos ingenuos. “La forma más simple de amplificador económico es un instrumento llamado publicidad”. Bien lo saben. Y quienes recurren a la publicidad no dejan nada al azar. Está todo calculado.

Cuanto más se intente buscar engañar al público
, más se tenderá a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? Los maestros en la manipulación de masas tienen una poderosa razón: “Si una publicidad televisiva se dirige a una persona como si tuviera 12 años de edad, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción tan desprovista de sentido crítico como la de una persona de 12 o menos años de edad” (“Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

Por supuesto que toda publicidad trata de llamar la atención. Pero la utilización de este recurso va más allá y busca la eficacia de la respuesta buscada, algo bien estudiado en la psicología de la conducta: a un estímulo infantiloide y acrítico responderá una conducta proporcionalmente infantiloide y acrítica. ¡Cuántas veces habremos dicho u oído que parece que nos toman por tontos! Pues sí, en efecto: es un recurso buscado, no casualidad ni simple desprecio.

No dan puntada sin hilo: todos los detalles son examinados, pesados y medidos al milímetro con estudios continuos sobre el comportamiento de los distintos sectores sociales. De ahí que una buena partida de presupuesto que pagamos está dedicado a esos gabinetes de asesores y departamentos de comunicación, esenciales para manipular y engañar a la población. Si personajillos tan mediocres tuvieran que actuar y hablar sin estos equipos que les pagamos no darían una en el clavo. Pero se limitan a asumir el guión, el argumentario que les preparan y que repiten sin parpadear, sin que importen nunca la verdad o la realidad, sino la propia conveniencia.

           Ciertamente, cuando uno se da cuenta de que le están tomando el pelo, de que lo están tomando poco menos que por imbécil, monta en cólera y reacciona contra esa falta de consideración. De ahí que uno de los objetivos es que “el público” no llegue a comprender estos mecanismos empleados por los de arriba. No en vano los mismos planificadores de esta manipulación llaman a sus técnicas empleadas “armas silenciosas”, es decir, que deben pasar inadvertidas.
   

      Pero ¿en la “sociedad de la comunicación” puede mantenerse al público sin enterarse de todos estos procesos de manipulación? Pues sí. Y eso también lo saben: “El mundo se divide en tres categorías de gentes: Un muy pequeño número que produce acontecimientos, un grupo un poco más grande que asegura la ejecución y mira como acontecen, y por fin una amplia mayoría que no sabe nunca lo que ha ocurrido en realidad.” (Nicholas Murray Butler). Y de ahí los elogios y reverencias de ciertos políticos hacia las mayorías silenciosas.

sábado, 28 de septiembre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN DE MASAS. 4. LA ESTRATEGIA DE DIFERIR


            Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa pero necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. 

          Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la gente en general, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejorar mañana y que el sacrificio exigido ahora podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

     
      Un ejemplo claro y actual de esta estrategia de manipulación es la propuesta de alargar la edad de jubilación; con el fin de que la ciudadanía no se alarme y acepte dicha medida, “dolorosa pero necesaria”, esa propuesta claramente impopular se impondrá contando con dos métodos infalibles: la gradualidad y diferir su aplicación para dentro de “x” años. El nuevo orden mundial, que nos domina querámoslo o no reconocer con pensamiento dominante y gobierno de los mercados, exige la implantación de esta medida “para sacarnos de la crisis” y garantizar las pensiones en el año la pera. ¿Para salir de la crisis, una medida que se va a aplicar dentro de 15 años? No, no es para salir de la crisis. La aplicación en diferido es más aceptable, ayudada por la ingenuidad de pensar que, para dentro de unos años, posiblemente todo ha vuelto a ir sobre ruedas y ya no hará falta esa medida; por otro lado, se habrá dispuesto de tiempo para la aplicación gradual, que acabará con “la rana hervida”.

         Otra forma de trabajar con la estrategia de diferir es muy recurrente y actual: consiste en  llevar a la ciudadanía a una situación extremadamente delicada para que acepte como necesarias las medidas que el sistema quiere implantar, bajo la presión machaconamente repetida de que sólo con la aplicación de esas medidas se podrá salir de tal situación problemática. Esta estrategia está relacionada con la de “crear problemas para después ofrecer soluciones”. Sólo que en este caso las soluciones a saber para cuándo vendrán…si llegan. “¡Tan largo me lo fiais!”, que dijo Tirso en El Burlador de Sevilla. Reiteradamente se nos alecciona con que “lo peor ya ha pasado”, que vamos “en la buena dirección” y que ya se ven “luces al final del túnel”, luces que sólo parecen ver quienes previamente se hayan fumado algunos “brotes verdes”.

          Pues ahí tenemos la llamada “Reforma Laboral” (más bien una  Contrarreforma) como ejemplo de aplicación de esta estrategia: tras haber llegado a una situación límite de desempleo, se nos proponen e imponen  recortes bestiales  en la inversión pública, desaparición de servicios públicos básicos, subidas de impuestos, congelación o bajada de salarios, pérdida de derechos laborales… como medidas necesarias, como la única solución para crear empleo en el futuro.  

           Por otro lado, se oculta a la ciudadanía que el Gobierno tiene una capacidad prácticamente nula para generar empleo, dado que inmerso en la corriente neoliberal dominante, ya se ha desprendido prácticamente de su participación en la economía productiva de la Nación. Es más, ese Gobierno  ni siquiera tiene las competencias de  Empleo, al haber sido transferidas a las Comunidades Autónomas. Su función es meramente instrumental: aplica las medidas que el sistema exige, BOE en mano y votos como patente de corso, bajo la maniobra de diferir. El Presidente Rajoy, ante las negras previsiones de la economía para el empleo, ya se pone la venda asegurando que las medidas no crearán empleo a corto plazo (desde la oposición exigía que produjeran efecto al día siguiente, ahora sólo hay "vislumbres"), son necesarias para generar confianza en los mercados y luego vendrá el empleo; el presidente de la patronal CEOE se permite anunciar que se creará empleo “cuando la economía mejore”. Valiente pronóstico: es como decir que cuando llueva, caerá agua.

           Entre los muchos ejemplos del recurso a diferir para colarnos decisiones que de otra manera levantarían oposición ciudadana, es muy curioso y recurrente el empleado con respecto a la privatización de bienes, servicios o empresas públicas: siempre ese proceso va acompañado de promesas de abaratar costes y mejorar el servicio. La privatización de Endesa en los tiempos del Aznar_Rato iba a suponer para la ciudadanía una rebaja en el recibo mensual que…nunca vimos; el petróleo saldría más barato privatizando Repsol, el servicio telefónico privatizando Telefónica y privatizando Argentaria nuestra banca iría viento en popa; en fin, un largo rosario de mentiras, sin olvidar aquella de que con la liberalización del suelo el precio de la vivienda iba a bajar considerablemente.

Los planes de privatización de la Sanidad en Madrid, felizmente paralizados por la Marea Blanca y por los tribunales, van acompañados de propaganda de ahorro y mejora del servicio, promesas que no son avaladas ni por dato fiable alguno ni por otras experiencias ya llevadas a cabo, como el llamado “modelo Alzira”. Lo que sí hemos podido comprobar es que los dos consejeros anteriores de sanidad pronto fueron fichados por empresas privadas que hacen negocio con la salud: las puertas giratorias sí que funcionan.

         Llegados a este punto, no quiero dejar pasar por alto el tema del agua. El Gobierno Regional de la Comunidad de Madrid está empeñado en privatizar la gestión del Canal de Isabel II. No faltarán las promesas diferidas al futuro de un abaratamiento del recibo del agua y la mejora de la calidad del servicio. De hecho, como paso previo a que la ciudadanía dé el consentimiento, no faltará una subida del precio del agua para crear el descontento previo por el precio abusivo del servicio aún público. Pero ya sabemos que las empresas privadas, más aún los monopolios, no son precisamente hermanitas de la caridad; están para ganar dinero. Así que es fácil adivinar qué nos depararía el futuro si permitimos que se consume la cesión a manos privadas por 50 años de la gestión de un bien escaso y necesario y de demanda creciente. Pregunten en París por las mejoras y por qué tras años de cesión a la empresa privada, se vuelve a municipalizar.

            En política encontramos un amplio campo para lo diferido. Las campañas electorales están llenas de promesas, medidas anunciadas para el futuro y que, en este caso, muchas veces no se tiene ni intención de cumplirlas. Pero una vez que la ciudadanía ha picado el anzuelo, ha dado el consentimiento con el voto, luego las reclamaciones al maestro armero. Y en cualquier caso, los vendedores de humo y mentiras cuentan ya de antemano con estas dos ventajas a su favor: la resignación del público, acostumbrado a que las promesas para el futuro no suelen cumplirse; y nuestra enorme capacidad de olvido.

viernes, 27 de septiembre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN.3. LA GRADUALIDAD


   Olivier Clerc explica este fenómeno de la gradualidad en su libro “La rana que no sabía que estaba hervida… y otras lecciones de vida”  (2005) con la siguiente parábola:

         Imaginemos una cazuela llena de agua, en cuyo interior nada tranquilamente una rana. Se está calentando la cazuela a fuego lento. Al cabo de un rato el agua está tibia. A la rana esto le parece agradable, y sigue nadando. La temperatura empieza a subir. Ahora el agua está caliente. Un poco más de lo que suele gustarle a la rana. Pero ella no se inquieta y además el calor  le produce algo de fatiga y somnolencia.

          Ahora el agua está caliente de verdad. A la rana empieza a parecerle desagradable. Lo malo es que se encuentra sin fuerzas, así que se limita a aguantar y no hace nada más. Así, la temperatura del agua sigue subiendo poco a poco, nunca de una manera acelerada, hasta el momento en que la rana acaba hervida y muere sin haber realizado el menor esfuerzo para salir de la cazuela.

           Si la hubiéramos sumergido de golpe en un recipiente con el agua a cincuenta grados, ella se habría puesto a salvo de un enérgico salto.

           Para lograr que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, con cuentagotas, por años consecutivos. Fue de esta manera gradual y sistemática como se fueron imponiendo condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo o liberalismo neocón) durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, individualismo frente a solidaridad, ataque a organizaciones sindicales, deslocalización, desregulación, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

            La estrategia de la gradualidad está siendo aplicada constantemente, afectando tanto a las grandes decisiones que hipotecan nuestro futuro como a las decisiones domésticas; tanto a sucesivas subidas de impuestos como al  aumento gradual del recibo de la luz aplicando 4 subidas en un año.

        Echando la mirada hacia atrás, puede parecernos mentira cómo se ha podido ceder tanto; cómo del derecho al trabajo se pasa al trabajo-basura como si nada, la arbitrariedad se llama ahora flexibilidad, el patrimonio público ha ido cayendo en manos privadas de los pudientes, los sindicatos han quedado desprestigiados y allá se las componga cada cual con su jefe, los puestos de trabajo aparecen y desaparecen en función de la ganancia para el capital, el Estado minimizado es incapaz de controlar la economía que se rige por la ley del egoísmo más despiadado; al calor del consumismo, poco a poco, el nuevo orden mundial ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Libertad y felicidad a base de consumismo ilimitado, la rueda que describe el círculo vicioso de una economía absurda e insostenible: producir para consumir – consumir para producir. La publicidad, la caducidad programada de los productos (ver el reportajeObsolescencia programada”) y la facilidad de obtener créditos para adquirir lo innecesario han sido el caldo de cultivo.

          Tras los experimentos puntuales aquí y allá (y de ello da algunos ejemplos el reportaje “La doctrina del shock”) era el momento de desarrollar a nivel mundial todo el entramado de normas, leyes, organismos y propagación de ideología que propiciarán la pérdida de autonomía personal y hasta de los que aún se siguen creyendo estados o pueblos soberanos. En ésas estamos. Y la rana no sabe que está hervida.

          La solución que propone Olivier Clerc es estar siempre en situación de alerta: “Lo que nos enseña la alegoría de la rana es que siempre que existe un deterioro lento, tenue, casi imperceptible, tan solo una conciencia muy aguda o una memoria excelente permiten darse cuenta de ello, o bien un patrón de referencia que haga posible valorar el estado de la situación”. Pero no hay que olvidar que los técnicos de la manipulación, no lo dudéis,  siguen cobrando por su incesante tarea de destruir conciencia, memoria y patrones de referencia.

jueves, 26 de septiembre de 2013

ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN.2. CREAR PROBLEMAS PARA DESPUÉS OFRECER SOLUCIONES

         Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el demandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo:

-Dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, con el fin de que la ciudadanía demande “mano dura”.

-U organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad.

-O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
         Ni éste ni ninguno de los demás métodos de manipulación son nuevos; quizás lo nuevo consista en:

-el uso sistemático del conjunto de los mismos a la vez,

-la sensible mejora de las técnicas para lograr objetivos

-y su aplicación con un desparpajo y falta de escrúpulos asombroso.

            Lo que tiene de particular este método en concreto con respecto a otros métodos es que pone los pelos de punta nada más pensar que problemas de importante gravedad han sido provocados por este tipo de “salvadores” o “bomberos-pirómanos” para conseguir sus fines. Parece increíble. Y sin embargo, podemos cosechar en la historia y en las hemerotecas ejemplos a montón al respecto.

         En general, los individuos llevamos mal que los poderes restrinjan nuestras libertades. Pero estos poderes han encontrado la fórmula perfecta para llevarnos al huerto, cambiándonos libertad por seguridad. Pero hay que crear la demanda para presentar a continuación la oferta, ley del mercado pura y dura. Pues  nadie compraría seguridad sin verse amenazado; así que es precisa la “ocurrencia” de crear el clima de inseguridad o hasta de pánico necesario para que la ciudadanía implore seguridad al precio de lo que sea. Y ya sabemos qué es “lo que sea”. Para la comprensión de todo esto es básica la difusión de documentales como “La doctrina del SHOCK” de Naomi Klein (ver aquí un resumen subtitulado en español y ver aquí el documental completo).

         Y aquí entra en acción el recurso a los “mitos”, creencias que aún sin fundamento alguno han sido sembradas entre la ciudadanía hasta haber arraigado. Resulta curiosa la fama atribuida tradicionalmente a la derecha para la gestión de ciertos asuntos públicos: la economía, el terrorismo, el orden público. En España, estos mitos benefician claramente al Partido Popular, que algo habrá tenido que ver en la creación de los mismos con sus “medios”.

          Así, la derecha siempre gozó de buena fama entre la ciudadanía respecto al tema del “orden público”. Sin embargo, los hechos no se corresponderían con lo que encuestas de opinión revelan. Es sabido que, siendo ministro Mayor Oreja, los niveles de delincuencia subieron… casualmente; y sin embargo siguió siendo uno de los ministros de Aznar mejor valorados. Su “programa estrella” consistió en la desaparición de varios miles de efectivos policiales; la reacción apetecida se produjo, por supuesto, en la demanda de más mano dura frente a la delincuencia; y la solución también estaba prevista: la promoción de los sistemas privados de seguridad (empresas en las que la familia Mayor-Oreja tiene amplia participación). Eso, por no referirnos a otro tema de seguridad, la seguridad vial, las muertes en carretera: a pesar de la propaganda que el PP gasta en el tema de la “defensa de la vida”, tuvo que venir el malvado Rubalcaba para ir bajando año tras año el número de muertes por accidente en carretera; algo que el envidioso Aznar no pudo soportar e hizo aquellas ridículas declaraciones sobre las copas antes de ponerse al volante. Actitud que se repite con respecto a los logros de Interior en la lucha antiterrorista: no sólo se minimizan mediáticamente (ya no es tema de preocupación y así se despacha todo mérito); además, nunca faltan voces atribuyendo éxitos policiales a “cortinas de humo”, a “pacto con los terroristas y su entorno” o se buscan recovecos para sembrar duda en la limpieza del trabajo llevado a cabo.

         Mientras la derecha hace campañas que a veces poco disimulan una cierta xenofobia, lo cierto es que con Acebes como ministro de Interior de Aznar España fue un coladero para “sin papeles”, la inmigración ilegal; cuando arreciaban las críticas, el mismo Aznar salió al paso con aquel célebre “había un problema y lo hemos solucionado”. Falso, como tantas veces. El problema estaba creado, con cerca de dos millones de “sin papeles” haciendo las delicias de quien sólo ve en el ser humano carne de cañón y mano de obra barata; pero luego a quien se señala como culpable es al siguiente Gobierno, a quien tiene que enfrentarse al problema e intentar solucionarlo; la reacción buscada ya se ha venido produciendo en brotes de xenofobia aquí y allá, no faltando nunca autores intelectuales que avivan el fuego ni voces para acusar a otros del “efecto llamada”  (por cierto, el “efecto llamada” se habría producido en todo caso por aquella pomposa proclamación de Aznar “¡España va bien!”). La solución prevista por la derecha que siempre quiere volver nunca llegamos a saberla, como no sabemos la solución prevista a la crisis económica, a las demandas autonómicas y no digamos ya al problema de la corrupción. Pero lo que sí está siempre presente es la exigencia de que se vaya el Gobierno “de los otros” porque ellos son los únicos capaces de dar soluciones a cualquier cosa. Así pudo dogmatizar Montoro:dejad que España se hunda, que ya la levantaremos nosotros.

          La organización de atentados sangrientos para conseguir una determinada reacción en la población también cuenta con sus episodios en la historia de nuestro peculiar “género humano”. Desde el incendio de Roma que sirvió de excusa a Nerón para iniciar la persecución de los cristianos, al incendio del Reichstag con el que los nazis empezaron a justificar sus atropellos o las Torres Gemelas que dieron alas a Bush para sus planes belicistas, viendo aprobado inmediatamente lo que el día anterior se le había negado en el Congreso. También fue casualidad que Rumsfeld hablara, poco antes del horrible suceso, de la importancia de “algún hecho externo” que viniera a “torcer el brazo” de los demócratas reticentes. Lo cierto es que las alertas no funcionaron. Por supuesto, siempre quedan más sombras que luces alrededor de este tipo de acontecimientos macabros, a pesar del frecuente recurso a las llamaradas. 

         Tampoco hace falta extenderse mucho en explicar cómo quienes han creado primero la crisis económica y financiera son los mismos que, ante la demanda de soluciones urgentes, se proponen no ya como consejeros de “lo que hay que hacer”, sino auténticos jueces y parte interesada, obligando a que se tomen las medidas que su sistema necesita para seguir machacándonos con sus especulaciones (ver “Miedocracia. Funcionamiento especulativo de los mercados”, del programa “Salvados”).

      Y la misma cuestión con los creadores de la monumental burbuja inmobiliaria, puesta primero como ejemplo de desenvolvimiento económico y posteriormente, punta de lanza para el acoso y derribo del gobierno que heredó el problema en su versión del necesario parón y del paro consiguiente. Quienes primero se ufanaron de que en los años de bonanza de cada 10 puestos de trabajo europeos 8 eran en España, posteriormente, con la crisis, de cada 10 parad@s europeos 8 correspondían a España. Y si algo queda claro en esas cuentas es que “de aquellos polvos, estos lodos”; pero eso ya no cuenta: de nada sirve el análisis frente a la brutalidad de los hechos y la “doctrina del shock” funcionará para nuestra desgracia.

          En ambos casos, los padres de la criatura se autoproponen como “la solución” al problema que dejaron preparado. El caso es barrer para dentro a sabiendas de que el pueblo “cornudo y apaleado” difícilmente va a poder oponer resistencia a las medidas que se le propongan (o mejor, impongan) bajo el estado de shock; esa potente arma silenciosa capaz de doblegar gobiernos a su antojo, como pudimos ver en el repentino cambio de rumbo en la política del gobierno de Zapatero en mayo del 2010, cambio claramente impuesto  bajo los efectos del estado de shock. Pero afortunadamente siempre quedará en la ciudadanía algún resquicio de lucidez dispuesto a crecer y extenderse, invitando al despertar de la razón. Pues, como escribió nuestro genial Goya al pie de uno de sus Caprichos, “el sueño de la razón produce monstruos“.