lunes, 19 de enero de 2015

LOS INVENTORES DE CUENTOS Y EL RECURSO DEL OXÍMORON PPSOE




           Los nuevos aspirantes a puestos y cargos públicos, una nueva élite de preparados y sobradamente prepotentes, achaca todos los males de nuestro sistema democrático a un supuesto BIPARTIDISMO. Pero llamarlo bipartidismo es poco. Hay que inventar algo más llamativo, chirriante; si no llama la atención, no servirá para una gran manipulación. Y nada que llame más la atención que una CONTRADICCIÓN, el OXÍMORON, un recurso expresivo válido en literatura (silencio ensordecedor, muertos vivientes,…), pero que utilizado en la propaganda política es un enorme disparate presentado como dogma indiscutible para manipular y engañar a la gente.

 

Y ahí llega el gran invento: juntar a los dos partidos antagónicos y decir que “son iguales”, hasta llamarlos PPSOE. Los creativos de la manipulación inventan la realidad que les conviene, en este caso un nuevo partido inexistente pero eficaz para la propaganda. Y no se preocupan lo más mínimo de que toda frase empezada con “el PPSOE…” convierte a todo lo que viene a continuación en algo FALSO.

 

Por supuesto, los promotores y usuarios del inventito se han ocupado de rastrear en hemerotecas hasta reunir una buena colección de noticias sobre las que pueden encontrarse parecidos (y los hay, claro; aunque en ocasiones bastante traídos por los pelos) que utilizan y repiten continuamente haciéndolos circular por las redes sociales: que si votaron juntos tantas veces, que si la ley 15/97…y el culmen del argumentario: el 135, la prueba del algodón. El caso es saltarse absolutamente cualquier diferencia porque las diferencias les estropearían la falacia del dogma previamente ideado: que A es igual a B y punto pelota.

 

          El secreto está en MENTIR A LO GRANDE y con toda NATURALIDAD, como cualquier dogma que se precie de tal, como en las religiones, decretar algo absurdo como INDISCUTIBLE (una virgen que pare un niño, un dios que a la vez son tres personas distintas…en fin). El dogma ha de aceptarse sin más, no admite discusión por más que en el tema político se apele al debate perpetuo, pues este presunto debate no va a ser tal, sino mera propaganda del dogma que has de aceptar porque sí; y si no lo aceptas es porque “tienes miedo” (lo irracional lógicamente se justifica también con lo irracional) o “formas parte del problema”, mira  tú…

 

            Podría pensarse que el objetivo de juntar en uno a los dos partidos por ahora mayores era “matar dos pájaros de un tiro”. Pero si tú utilizas un discurso con apariencia de izquierda un tanto radical y luego rebajas tu “radicalidad” a un programa socialdemócrata, ya me estás dando pistas de hacia qué lado estás dirigiendo el tiro, a quién quieres quitarle electores. Está clarito, no? Ay, perdón, que ya han decidido que no hay “ni izquierdas ni derechas”.

 

          Nótese que seguimos moviéndonos en el campo de la CONTRADICCIÓN, ya que estamos hablando a la vez de BIPARTIDISMO (dos partidos) y de su síntesis en uno solo ya que se ha decretado su IGUALDAD (PPSOE). Y ya es bien raro que gente procedente del mundo universitario no le dé a eso la más mínima importancia, cuando lo que cuadra a un intelectual es el análisis, la diferenciación, la discriminación. ¿Qué hace gente de la universidad promoviendo estos revoltijos en lugar de tratar de esclarecer y diferenciar? ¿Acaso promocionarse en el río revuelto? Puede ser.

 

             ¿Y no es esto ya bastante? Pues no. Siempre podremos dar el paso siguiente y, por el mismo precio, ¿por qué no? Porque aún quedan partidos fuera del supuesto bipartidismo (a las últimas elecciones europeas concurrieron nada menos que 44, es decir, un bipartidismo x 22 a elegir en circunscripción única) y a esos partidos menores también hay que incluirlos en la descalificación. Y ahí tenemos el nuevo paso adelante: los que no son de mi secta son LA CASTA.

 

Ahora el lema es “o yo o la casta”. Todos los demás son “la casta”. Pero no siempre lo fueron. Porque hubo un tiempo no muy lejano en que la consigna era “Vota a un PARTIDO PEQUEÑO”. Hoy esa consigna está desaparecida, lógicamente, pues es otra la situación de los anteriores promotores y la herramienta para dividir a la izquierda ahora también es otra.

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