domingo, 15 de febrero de 2015

Y EN ESTO LLEGÓ PODEMOS. ¿DE DÓNDE? ¿A QUÉ?

           Una acción propagandística no alcanzará el éxito pretendido si no sabe utilizar a las mil maravillas el factor sorpresa. Este principio de la mercadotecnia quizás los expertos lo han aprendido de ese tipo de volcanes cuya erupción surge como venida de la nada, aunque debajo de la tierra todo se estaba fraguando mucho tiempo antes, pero sin mayores señales a la vista.

Tanto el 15M como Podemos son dos fenómenos que surgen sorpresivamente; básicamente debido a la costumbre de los medios oficiales de comunicación de ignorar los procesos sociales que no consideran relevantes; pero ambos lanzamientos han tenido un largo periodo de preparación y calentamiento, sobre todo a través de las redes sociales. Nadie, excepto algún ingenuo, pensará que surgen espontáneamente; tampoco las setas nacen de pronto, por la lluvia: tienen que estar bajo tierra las esporas.

Pasaré por encima de todo lo que ha supuesto el 15M, movimiento asambleario y de respuesta indignada a la crisis-estafa, que durante 3 años ha desarrollado un trabajo ingente, de discusión, estructura de comunicación, y de lucha en la calle contra abusos del poder y sobre todo contra privatizaciones y desahucios…un trabajo inmenso, como para escribir varios libros. Mi respeto y admiración por tanta gente luchadora y solidaria: los imprescindibles.

 
Y me centraré en lo que, bajo mi punto de vista, ha supuesto una descarada apropiación del trabajo de tanta gente por un selecto grupo de amiguetes que se preparaban su futuro, que manejaban sin dar la cara, desde el anonimato, un grupo de aspirantes a desalojar del poder a los que des-califican de “casta” para colocarse ellos. Un grupo de élite universitaria que, en el momento oportuno, se presentan autoproclamándose “líderes” de un partido sobre las bases de un movimiento horizontal, sin líderes. Preguntado Carlos Taibo por su opinión sobre Podemos responde así:

 Y es que en realidad es el partido de un pequeño grupo de profesores universitarios que quieren hacerse pasar por “la voz del pueblo”. El club de amigos promotores, con el núcleo principal en la facultad de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, habían estado preparando el lanzamiento, muy activamente a través de las redes sociales, esperando el momento oportuno: las europeas de 2014. Los resultados no es que fueran tan espectaculares: los que proclamaban ser “el 99 %” se quedaron rozando el 8 % ; pero sorprendieron a quienes venían despreciando la existencia de movimientos sociales y cientos de asambleas en ciudades, pueblos y barrios, todas ellas conectadas por una red de comunicación que ya quisiera para sí cualquier otro partido político.

Que había intenciones disimuladas (y autores interesados) lo delataban hechos extraños, pero que entonces se acompañaban con toda clase de argumentos. Alguien necesitaba acaparar en exclusiva el protagonismo de la protesta en la calle para que se produjera prácticamente la prohibición de ir a las manifestaciones con banderas o símbolos de partidos y sindicatos:
-que se expulsara a Cayo Lara (IU) de la participación en una acción anti-desahucio en Tetuán
 

-O los reiterados intentos de boicot a la presencia sindical, los reiterados insultos a los sindicatos “traidores” y “pagados por el Estado”.

En fin, que al calor de una estafa, la que llaman crisis, se iba a añadir lo que yo considero otra suerte de estafa: la de un grupo de oportunistas que, desde la sombra, estaba preparando todo lo necesario para lanzar a sus líderes a apropiarse del trabajo y estructura de un movimiento que, paradójicamente, era horizontal, apartidista y sin líderes.

Los oportunistas no aparecen en cualquier momento, no. Justo en el oportuno: salen justo para la campaña de unas elecciones europeas en las que el PP necesitaba la división del voto de izquierdas para seguir siendo el primer partido, ganar las europeas. Y no sólo lo consigue: inmediatamente, el PP tuvo la “ocurrencia” de cambiar la ley para las elecciones locales, de forma que sería premiada “la lista más votada” para que de ella saliera el alcalde. Era la siguiente pieza del puzzle que encajaba perfectamente en el plan de la derecha. El revuelo de oposición a semejante pucherazo y las dudas por los resultados de las encuestas aconsejaron al PP dejar el plan en vía muerta.

No nace en un momento cualquiera: nace en el momento preciso para evitar que el relevo al PP, totalmente desprestigiado por su incompetencia, corrupción y alineamiento con las políticas más nocivas para la población, sea un gobierno de alianza de izquierdas, básicamente PSOE e IU. Porque sin dividir a la izquierda, la derecha en este país no tiene nada que hacer. Y lo saben.
No nace como cualquier otro partido nuevo, no. Con un apoyo muy claro en determinados medios de comunicación privados, caracterizados por negar el pan y la sal a muchos otros partidos. No sé en qué cabeza cabe que los dueños de medios privados de televisión van a dar cancha continua generosamente a líderes de movimientos calificados de radicales y revolucionarios. Quien no se plantee al menos que puede haber gato encerrado, revise cómo anda el nivel crítico de su cerebro porque probablemente ya anda bajo mínimos

No nace como cualquier otro partido, con un ideario o un programa. Podemos sale a las europeas sin ser siquiera partido configurado. Aquí con unas cuantas consignas requeterretuiteadas por las redes como mantras que prenden como la pólvora al calor de la indignación de la crisis-estafa, todo resuelto: PPSOE, bipartidismo, 15/97, 135, casta, gente, miedo, constituyente o TTIP; pero eso sí, a eso lo llamarán debate.

No sale como cualquier otro partido, como por ejemplo UPyD, no. Sale sobre unas bases aseguradas. Aprovechándose del movimiento asambleario del 15M, apartidista y sin líderes, de la gente que viene trabajando en asambleas, protestando en calles y plazas, de la estructura de comunicación que cientos de Asambleas tienen en todo el país y fuera de él,  P M Iglesias tiene el descaro de plantar su cara en el logo de la papeleta del nuevo partido.
Con un lenguaje radical pillado de aquí y allá y unas propuestas iniciales  usurpadas del programa de IU, partido en el que algún dirigente podemita militó y al que asesoró por supuesto cobrando; montados sobre la desafección ciudadana hacia “los políticos”, como consecuencia de la crisis, la corrupción y amplificada con abundante propaganda; y sobre una base considerable de activistas y participantes en los movimientos sociales, el nuevo partido viene con la ambición de dominar el tablero desde la centralidad, con la clara determinación de acabar con el supuesto “bipartidismo”; pero no porque 2 partidos les parezcan pocos sino porque en realidad aspiran a ser el partido único, el de la gente, el pueblo, el del 99 %... El programa consiste en que el descontento sea tal que los votantes de los grandes partidos los abandonen y se vayan con ellos; y también los votantes de los partidos pequeños, a los que anteriormente la propaganda decía que “había que votar” y ahora ya no.

Esa ambición por dominar el tablero desde la centralidad no sólo les hace renegar del término “izquierda”, sino que califican de “trileros” de la política a quienes siguen llamándose “izquierda” porque el catecismo podemita ha establecido que ahora hasta IU es casta (no así los Botín, en declaraciones del elegido secretario por Podemos en Madrid, Jesús Montero) y la lucha ahora es de “los de abajo que vamos a por los de arriba” (pero con el apoyo de los de arriba, incluidos los dueños de ciertas cadenas privadas de TV). Tiene que renegar al término “izquierda” porque no va a admitir a IU como “animal de compañía”, pues le estorba en el objetivo de dominar el tablero desde la centralidad

Como perlas del programa revolucionario, estas dos: “el miedo va a cambiar de bando” (lo que a mí entender supone una idea de la justicia como venganza) y el “tic-tac, tic-tac” que alude al ansia de ocupar el poder sin que al parecer importe la sustancia del programa político de un partido que no es “ni derecha ni izquierda”. Pero el colmo de la burla, la frase de P M Iglesias el día que soltó aquello de “el cielo no se toma por consenso sino por asalto”. Burla y desprecio colosal, pues precisamente “el consenso” había sido una de las características esenciales del 15M. El consenso sí es “más democracia”. El asalto… tendrán que explicar qué es.
 

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