viernes, 23 de enero de 2015

¿DE DÓNDE VIENE "LA CASTA"?




El término actualmente más utilizado para descalificar a los políticos es quizás la palabra “casta”. Pero ¿de qué casta hablan? Nada que ver con el término tradicionalmente conocido, nada que ver con el sistema de castas de la India, ni mucho menos; es un concepto nuevo en un apalabra vieja, algo muy del siglo XXI, muy de la ideología del neocapitalismo para atacar a los políticos de forma generalizada.

 

El viejo concepto ha sido reelaborado con una intención muy concreta, a base de reunir casos de corrupción política, para descalificar a los políticos en general, englobándolos en una supuesta “clase política” a la que se acusa de haberse elevado a sí misma a la categoría de casta de intocables o élite extractiva.

 

En mayo de 2007 aparece en Italia el libro “La casta. Cosi i politici italiani sono diventati intoccabili”, de Gian Antonio Stella y Sergio Rizzo, dos periodistas del Corriere della Sera. Poco tiempo después pudimos contemplar como si nada cómo los mercados” intervenían en la política italiana retirando al nefasto Berlusconi de la política y colocando en su lugar al tecnócrata Monti, sin urnas de por medio. Los mercados le dan una patada a las urnas.

 

Con asombrosa naturalidad se le estaba enviando a la ciudadanía, aprovechando el caso de un político singular por su desvergüenza y corrupción, el mensaje de que el sistema representativo de elección no sirve para nada. Y para acabar de arreglar el tema de las urnas, en las elecciones siguientes salta a la palestra el cómico oportunista Beppe Grillo con su “Movimiento 5 estrellas”. Fue el “momento Italia”, como hubo otro “momento “Finlandia” y “momentos Grecia”  ya pierdo la cuenta de los que llevamos…Por más que España no sea Italia, ni Finlandia ni Grecia. Tampoco tiene que ver nada con Alemania (y esto ya va por los augures y correveidiles del “gran pacto”).

 

Tras la aparición con gran éxito en Italia del libro sobre “La casta”, el periodista Daniel Montero, colaborador de El Mundo, publica aquí “La casta. El increíble chollo de ser político en España” (octubre de 2009, La Esfera de los Libros). Otro éxito editorial, del brazo del oportunismo, en plena crisis, y muy “libro de cabecera” entre la gente del movimiento que se estaba fraguando, el “Movimiento” del 15M.

 

Son dos ejemplos de cómo se ha derivado la crisis que arrastramos al sistema político, dejando al margen la estafa del sistema financiero del sistema capitalista que la provoca. No son los únicos ni mucho menos: los think tanks del neocapitalismo trabajan a destajo en esa labor de propaganda que consiste en considerar a los políticos como la causa de todos nuestros males, ya que, según las diversas corrientes descalificatorias, o son todos unos corruptos o son sencillamente “élites extractivas” (César Molinas) que están ahí sólo para enriquecerse. En cualquier caso, un estorbo. Recuerdo a la vez la cantidad de correos, escritos y mensajes de procedencia “anónima” que invadían por entonces las redes en forma viral, desprestigiando al “diputado”.

 

            Quienes descalifican a los políticos de forma generalizada, sin más, como “casta” no sólo vienen a hacer el juego a los ideólogos del neoliberalismo antipolítico; el colmo del cinismo y la contradicción es que quienes más emplean este término descalificativo de “casta” andan buscando a su vez puestos y cargos políticos y se presentan ante el electorado en un sistema representativo del que reniegan (no en vano tienen en García Trevijano un importante referente); es decir, están llamando a la puerta para que se les diga ¡bienvenidos a la casta!

 

Sí; una contradicción, pero ya sabemos que es en ese terreno de la contradicción, del oxímoron, en el que les gusta jugar. Y lo malo no es que jueguen a “las cosas del poder”, sino que lo hagan poniendo en juego la desgracia, la ilusión y el futuro de la gente.

 

            Digo que andan buscando puestos y cargos políticos, sillones en la administración, pero no unos cargos de cualquier clase, no; nada de concejales o alcaldes de pueblos donde ni se sale en la televisión y hasta lo mismo ni se cobra...No, no... Los señoritos de ciudad quieren “preservar la marca” para “lo importante”: se pone la vista sólo en grandes capitales, cámaras autonómicas, Congreso y Presidencias... no les vale cualquier cosa; son el pueblo, según ellos; pero del pueblo cuanto más lejos mejor: de la tribuna al plató y de ahí al sillón. ¡Eso es asalto y lo demás son cuentos para entretener a asamblearios.

lunes, 19 de enero de 2015

LOS INVENTORES DE CUENTOS Y EL RECURSO DEL OXÍMORON PPSOE




           Los nuevos aspirantes a puestos y cargos públicos, una nueva élite de preparados y sobradamente prepotentes, achaca todos los males de nuestro sistema democrático a un supuesto BIPARTIDISMO. Pero llamarlo bipartidismo es poco. Hay que inventar algo más llamativo, chirriante; si no llama la atención, no servirá para una gran manipulación. Y nada que llame más la atención que una CONTRADICCIÓN, el OXÍMORON, un recurso expresivo válido en literatura (silencio ensordecedor, muertos vivientes,…), pero que utilizado en la propaganda política es un enorme disparate presentado como dogma indiscutible para manipular y engañar a la gente.

 

Y ahí llega el gran invento: juntar a los dos partidos antagónicos y decir que “son iguales”, hasta llamarlos PPSOE. Los creativos de la manipulación inventan la realidad que les conviene, en este caso un nuevo partido inexistente pero eficaz para la propaganda. Y no se preocupan lo más mínimo de que toda frase empezada con “el PPSOE…” convierte a todo lo que viene a continuación en algo FALSO.

 

Por supuesto, los promotores y usuarios del inventito se han ocupado de rastrear en hemerotecas hasta reunir una buena colección de noticias sobre las que pueden encontrarse parecidos (y los hay, claro; aunque en ocasiones bastante traídos por los pelos) que utilizan y repiten continuamente haciéndolos circular por las redes sociales: que si votaron juntos tantas veces, que si la ley 15/97…y el culmen del argumentario: el 135, la prueba del algodón. El caso es saltarse absolutamente cualquier diferencia porque las diferencias les estropearían la falacia del dogma previamente ideado: que A es igual a B y punto pelota.

 

          El secreto está en MENTIR A LO GRANDE y con toda NATURALIDAD, como cualquier dogma que se precie de tal, como en las religiones, decretar algo absurdo como INDISCUTIBLE (una virgen que pare un niño, un dios que a la vez son tres personas distintas…en fin). El dogma ha de aceptarse sin más, no admite discusión por más que en el tema político se apele al debate perpetuo, pues este presunto debate no va a ser tal, sino mera propaganda del dogma que has de aceptar porque sí; y si no lo aceptas es porque “tienes miedo” (lo irracional lógicamente se justifica también con lo irracional) o “formas parte del problema”, mira  tú…

 

            Podría pensarse que el objetivo de juntar en uno a los dos partidos por ahora mayores era “matar dos pájaros de un tiro”. Pero si tú utilizas un discurso con apariencia de izquierda un tanto radical y luego rebajas tu “radicalidad” a un programa socialdemócrata, ya me estás dando pistas de hacia qué lado estás dirigiendo el tiro, a quién quieres quitarle electores. Está clarito, no? Ay, perdón, que ya han decidido que no hay “ni izquierdas ni derechas”.

 

          Nótese que seguimos moviéndonos en el campo de la CONTRADICCIÓN, ya que estamos hablando a la vez de BIPARTIDISMO (dos partidos) y de su síntesis en uno solo ya que se ha decretado su IGUALDAD (PPSOE). Y ya es bien raro que gente procedente del mundo universitario no le dé a eso la más mínima importancia, cuando lo que cuadra a un intelectual es el análisis, la diferenciación, la discriminación. ¿Qué hace gente de la universidad promoviendo estos revoltijos en lugar de tratar de esclarecer y diferenciar? ¿Acaso promocionarse en el río revuelto? Puede ser.

 

             ¿Y no es esto ya bastante? Pues no. Siempre podremos dar el paso siguiente y, por el mismo precio, ¿por qué no? Porque aún quedan partidos fuera del supuesto bipartidismo (a las últimas elecciones europeas concurrieron nada menos que 44, es decir, un bipartidismo x 22 a elegir en circunscripción única) y a esos partidos menores también hay que incluirlos en la descalificación. Y ahí tenemos el nuevo paso adelante: los que no son de mi secta son LA CASTA.

 

Ahora el lema es “o yo o la casta”. Todos los demás son “la casta”. Pero no siempre lo fueron. Porque hubo un tiempo no muy lejano en que la consigna era “Vota a un PARTIDO PEQUEÑO”. Hoy esa consigna está desaparecida, lógicamente, pues es otra la situación de los anteriores promotores y la herramienta para dividir a la izquierda ahora también es otra.

domingo, 18 de enero de 2015

LA HORA DE LOS OPORTUNISTAS


Con el fin bien interesado de ocupar puestos y cargos públicos de relevancia, aparece una nueva élite de pretendidos dirigentes que se han elegido a sí mismos como representantes de la voz del pueblo, voz que ellos han estado usurpando para manipular durante unos años sobre todo a través de redes sociales y platós de televisión privados. Pues estos nuevos aspirantes se unen al coro del desprestigio ya bien desarrollado por los voceros del neoliberalismo, pero con un fin un tanto distinto: el quítate tú, que me pongo yo.

 

           El oportunismo tampoco lo hemos inventado nosotros: hay ejemplos para dar y tomar a lo largo de la historia y a lo ancho de la geografía universal. Curioso que todas estas mentes privilegiadas que vienen a traernos soluciones de ensueño sólo aparezcan en los momentos ya típicos y tópicos: en el momento del oportunismo, un parásito muy ligado a las épocas de vacas flacas para la gente, un parásito del dolor y la miseria ajena.

 

            Y los oportunistas no aparecen de cualquier manera: vienen sobradamente preparados y también  sobrados de cinismo y prepotencia. Lo han sabido aprovechar todo, desde la propaganda neoliberal que ya lleva décadas marcando su tendencia hasta la apropiación de la protesta callejera (bien lo saben Cayo Lara o Beatriz Talegón, que lo sufrieron en vivo y en directo por “atreverse” a participar en un desahucio o en una manifestación; o los sindicatos, tantas veces insultados y boicoteados en las mismas protestas callejeras), presentándose como movimientos ciudadanos, apartidistas, sin banderas… qué listos! para luego poder echar en cara a partidos o sindicatos no haber estado en las protestas o acciones callejeras o anti desahucios. Y no digamos ya de qué forma se han aprovechado de las ideas, trabajo, lucha, ilusión y sobre todo estructura de comunicación desarrollada por las Asambleas del 15M.

 

Los nuevos aspirantes también quieren monopolizar la lucha contra la corrupción, hasta el punto de que si no te unes a ellos es que estás con la casta, formas parte del problema y toda una serie de frases descalificatorias que tienen preparadas para que sus fieles difundan por las redes. Una lucha contra la corrupción un tanto  curiosa. Porque la corrupción que ahora se airea no es en su mayor parte producto de ahora, es de épocas en las que una actividad frenética que alimentaba la burbuja y el consumismo nos cegaba, nos impedía ver lo que todos veíamos y nos impedía hablar de lo que todos sabíamos. Pero eran tiempos en los que hasta CajaMadrid concedía becas de estudios, el entonces príncipe presidía los actos y estrecharle la mano no era acto de sumisión…en fin, que eran otros tiempos, verdad?

 


 

Y debe ser lo habitual; que en los años de abundancia cerramos los ojos (ojos que no ven…) y pelillos a la mar, porque estamos a otras cosas. Igual que ahora los intereses oportunistas también ciegan a los que pretenden aprovecharse de los deslices de otros en el pasado para labrarse su propio futuro en cargos públicos.

 

A mi entender, la clave para utilizar la corrupción como instrumento o herramienta de desprestigio del sistema político de partidos está en atribuir la corrupción no al CORRUPTO con nombre y apellidos sino al PARTIDO o INSTITUCIÓN detrás de cuyas siglas se esconde.

 

De esa manera dejamos de lado el terreno de la justicia y pasamos al terreno que a algunos les interesa muchísimo más: el de la descalificación política. Porque si reparamos en lo que transmiten los medios es la sensación de que la corrupción está instalada casi exclusivamente en el mundo de la política (pero a la vez las grandes empresas obtienen beneficios mientras despiden, evaden capitales e impuestos, el sistema financiero quiebra y se lo rescatamos…). Lo que interesa entonces no es acabar con la corrupción, sino al contrario, el aireamiento continuo de los abundantes casos que se irán sumando al proceso descalificatorio. Un gran salto.

 

Y por supuesto, no pararse ahí. No hay que poner puertas al campo de la manipulación. Sigamos un paso más y cualquier caso de corrupción aireado por la prensa no será asunto del individuo corrupto en cuestión ni de su partido correspondiente, no. Ahora es corrupción del BIPARTIDISMO.

 

Y este es un momento clave, pues aquí ya habremos conseguido que, como por arte de magia, todos los desmanes del partido que está en el gobierno sean a la vez cargados a la cuenta del principal partido de la oposición.

Con lo cual no sólo estamos abortando la función de la oposición al gobierno con cierta eficacia, sino abortando que el principal partido de la oposición sea alternativa de gobierno. ¡Menudo chollo para el partido en el poder! ¿Será casualidad que le haya tocado a los que siempre les toca la lotería? Casualidades, las justas.

sábado, 17 de enero de 2015

PICAR EL ANZUELO DE LA PROPAGANDA NEOLIBERAL?


          Llevados por la ola de indignación ante las desgracias en que nos ha sumido el capitalismo global con su estafa de la crisis y también montándose en las alas de la propaganda neocón que inunda sobre todo quizás las redes sociales, algunos con aspiraciones (primero ocultas y más tarde declaradas) han aprovechado la oportunidad para reescribir nuestra historia política reciente, la historia de la democracia desde el 78, a su antojo y conveniencia, como si aquí sólo hubiera habido corrupción y robo. La deslegitimación de lo que llaman “el régimen del 78” y la Constitución, el sueño de algún que otro intelectual del golpismo agazapado que ahora puede ver llegado su momento.

 

           Algo tremendamente injusto y peligroso, pues no se trata de una crítica hacia el funcionamiento de las instituciones para mejorarlas, sino de cuestionar las instituciones mismas para echarlas abajo sin más, un cuestionamiento generalizado de los partidos políticos, sindicatos, monarquía…haciendo de todo un magma impregnado de “la misma mierda” en la que no queda títere con cabeza…

 

Toda esta corriente de descalificación parte del objetivo neoliberal de reducir y abaratar el Estado, desacreditar políticos, cargarse sindicatos, pegar el hachazo a derechos y conquistas sociales y el estado de bienestar. Pero no están solos los neoconservadores en ese acoso y derribo al Estado y sus instituciones. Son muchos los que picarán el anzuelo lanzado por astutos y bien pagados equipos de propaganda del nuevo orden mundial. Ingenuamente unos, otros seguirán la corriente con intenciones menos ingenuas.

 

          Llama la atención el desparpajo, el descaro y la prepotencia de tanto recién llegado al mundillo de la política, descalificando a todo bicho viviente sin distinguir ni entre churras y merinas ni entre galgos y podencos.

 

No voy a perdonar de ninguna de las maneras que estos oportunistas, que si algo han hecho hasta ahora ha sido beneficiarse de cuanto ha costado sangre, sudor y lágrimas para levantarlo y ponerlo al servicio de tod@s, quieran hacer tabla rasa de décadas y décadas de lucha sindical, política y ciudadana para lograr… lo que se ha podido; siempre poco en comparación con lo que los esfuerzos y la dignidad del pueblo merecerían, pero ahí está. Y siempre amenazado: sanidad pública, enseñanza generalizada, sistema de becas, pensiones, servicios sociales, leyes de igualdad, negociación colectiva, reconocimiento de derechos…

 

            La derecha ha sido incapaz de condenar los crímenes del franquismo y ahí siguen esparcidos en cunetas y campos miles de víctimas de compatriotas que fueron asesinados por el simple hecho de defender la legalidad que Franco vino a cargarse con un golpe de estado. Ya solo faltaba que gente que se declara de izquierdas se uniera al coro de los que sin ser “ni de izquierdas ni de derechas” quieren barrer un pasado de luchas, sufrimiento, cárcel, clandestinidad, exilio, despidos en empresas, solidaridad y entrega de trabajo, ilusión y tiempo personal sin cuenta por el bien común.

 

            Igual que pido que la justicia se haga cargo del corrupto, pido justicia y reconocimiento para tanto esfuerzo y lucha de un pasado en el que la izquierda nunca tuvo un camino fácil.

viernes, 16 de enero de 2015

LA CRISIS, ESTAFA DEL NEOCAPITALISMO ECONÓMICA Y MUCHO MÁS


          La estafa de la crisis no sólo se ha llevado dinero a espuertas a paraísos fiscales y/o laborales, puestos de trabajo al país de nunca jamás y derechos sociales al nivel de la edad media.

 

        El neocapitalismo global, con sus organismos sirvientes y un sistema financiero dispuesto a dominar al mundo con la DEUDOCRACIA, no sólo está obteniendo el pretendido enriquecimiento de unos pocos a costa de la ruina de mayorías; personas y países han perdido derechos, bienes y autonomía como consecuencia del proceso de endeudamiento masivo previo e inducido por el propio sistema financiero. No es un fenómeno nuevo: ya en el siglo XIX avisó John Adams: “hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación: una es a través de la espada y otra es a través de la deuda”.

 


 

          También el neocapitalismo global, sin límites en su avaricia y en el ejercicio del cinismo, ha logrado o está a punto de lograr el desprestigio de instituciones democráticas básicas como los partidos y los sindicatos de trabajadores, con la siembra de una propaganda apabullante para hacerle a la gente creer y sentir que todos los males que le sobrevienen no son fruto del capitalismo sino del sistema político que los mismos ciudadanos eligen; que es como conseguir que el individuo se culpe a sí mismo de los males que le acontecen o le infringen otros.

 

          La siembra de antipolítica es la antesala a conseguir que la gente acepte con naturalidad ser gobernada por los mercados y no por políticos que, según reza su propaganda apoyada en casos desgraciadamente abundantes, solo se dedican a robar.

 

          Son sintomáticas frases que, bajo la apariencia de una aspiración a la limpieza y regeneración políticas, esconden este otro sentido de culpabilizar al votante, al que se le presenta como cómplice, por votar a partidos de “la casta”, todos ellos ladrones pues el neoliberalismo ha establecido para los políticos ese concepto de “elites extractivas” de beneficios que en lugar de ir al capital (que es adonde por derecho no sé si natural o divino les correspondería ir), se quedan en esos circuitos que de forma generalizada llaman CORRUPCIÓN política.

 

          Y ahí no se hacen distinciones entre dedicar los fondos públicos a construir estado de bienestar, servicios públicos o derivarlos a los propios bolsillos para el enriquecimiento personal: “la misma mierda es”… para el capitalismo, claro.