No se sabe muy bien cuándo, pero los ecos de la lógica se debieron perder entre el ruido de la civilización. De este progreso hacia no sabemos dónde, en el que importa tanto producir como consumir, para que la rueda de la autodestrucción siga girando. Producir para consumir y consumir para que la producción no decaiga; un binomio absurdo sobre el que se mantiene la avaricia de la rentabilidad para unos pocos.
De aquellos ecos de la lógica nos queda una pequeña muestra, la eco_logía, el eco_logismo; una buena filosofía de la vida que trata de contener al menos esta carrera hacia el deterioro sin contemplaciones y la destrucción del planeta. Pero tranquilos: las grandes masas siguen el camino trazado por la publicidad y la propaganda. Y los ecos de la lógica no dejan de ser eso, ecos un tanto lejanos...